La araña roja es un pequeño ácaro de 0´5 mm en su etapa adulta. Se suele alimentar de plantas de ambientes secos. Se las llama arañas rojas debido a su capacidad de tejer telarañas pero no es un arácnido sino un ácaro.
Su variedad alimenticia es muy elevada pudiéndose alimentar de cientos de plantas distintas, entre ellas casi todas las hortalizas y las ornamentales más comunes.
Son muy difíciles de ver a simple vista, quedando reducidos a nuestros ojos a minúsculos puntos de color rojo, a no ser que se encuentren en un número realmente grande ya que es entonces cuando podremos ver mantas de estos insectos y considerables formaciones de telarañas. Son muy peligrosas para la planta debido a que se alimentan de los contenidos celulares, devorando célula por célula dejando una débil y pálida mancha que contrasta con el verde de alrededor. Si bien estas manchas no son muy grandes individualmente hay que considerar que una sola planta puede ser atacada por miles de estos ácaros lo cual reduce considerablemente la capacidad fotosintética de la planta debilitándola y llevándola incluso a la muerte.
Las arañas rojas, al igual que la mayoría de insectos chupadores, se sitúan en el envés de las hojas ya que es la zona con mayor porosidad(es en el envés donde se sitúan los estomas y se realiza el intercambio gaseoso) y accesibilidad para su aparato bucal chupador. El haz en cambio es totalmente impermeable y por tanto inaccesible para la araña roja.
Por tanto para vigilar la posible presencia de araña roja en nuestro huerto habremos de mirar en el envés de las hojas si queremos prevenir y poder coger cualquier invasión a tiempo.
¿Cómo afecta la araña roja a mis plantas?
La araña roja chupa y se alimenta las células de la planta a una velocidad voraz, debilitando la planta con gran rapidez y observándose como el amarilleamiento avanza con celeridad vulnerabilizando a la planta frente ataques de patógenos como hongos o bacterias, pudiendo llegar finalmente a producir la muerte.
Como eliminar la araña roja
La prevención contra una plaga se basa en hacer las cosas bien: un riego adecuado a planta y clima, un abonado orgánico sólido de liberación lenta, ceñirse a los calendarios de siembra recomendados, orientar correctamente nuestro huerto para obtener las horas de sol necesarias y sobretodo elevar lo máximo posible la biodiversidad, plantando el mayor número de plantas posibles y atendiendo a compatibilidades entre ellas, lo que fortalecerá mucho la resistencia de nuestro huerto a todo tipo de plagas y enfermedades, posibilitando la vida también de mayor variedad de bichos beneficiosos.
También es importante la vigilancia, cuanto más asiduamente observemos el estado de salud de nuestras plantas, miremos el envés de las hojas y su vigorosidad; menor será el riesgo de padecer cualquier plaga y más efectiva será la retirada manual.
Recuerda que el objetivo no es “eliminar” a la araña roja, sino evitar que nuestro huerto sufra demasiados daños sin colmarlo de insecticidas ni productos químicos agresivos. Un poco de araña roja no hace daño y mantendrá las poblaciones de mariquitas y crisopas que regularán su población.
Si los métodos de prevención fallan y las poblaciones de araña roja corren peligro de descontrolarse probablemente tengamos que recurrir a algún producto ecológico de protección frente a plagas que ayude a la planta a combatir al parásito, detener y eliminar la plaga.
Lo ideal sería retirar la araña roja manualmente siendo la técnica más inocua, lo podemos hacer si es poco la araña roja que tenemos y mucha nuestra paciencia pero resulta complicado ya que es un insecto muy pequeño y su retirada minuciosa se antoja prácticamente imposible por pequeña que sea la escala de nuestro huerto a no ser que nuestra vigilancia sea casi diaria muy precisa.
Uno de los productos más efectivos en la lucha contra la araña roja es el jabón potásico, éste tiene la propiedad de reblandecer el exoesqueleto de los insectos, estos quedan muy debilitados y acaban muriendo, además es un producto natural e inocuo para la salud.
Después de haber usado el jabón potásico, aproximadamente una hora después, viene muy bien aplicar el aceite de neem, se trata de un insecticida natural que se extrae del fruto de este árbol, que actúa frente a una amplia gama de plagas como: mosca blanca, minador, araña roja, trips, pulgones, piojo, escarabajo de la patata, chinches… La acción conjunta de jabón potásico y neem hace que sea todavía más efectivo el tratamiento.
Otra opción igual de válida es la utilización de productos ya preparadosque son totalmente ecológicos y que previenen y combaten a la mayoría de plagas que pueden atacarnos, como los que emplean la técnica de la homeostasis, que diluye un insecticida hasta el infinito quedando sólo una traza de éste totalmente inocua pero efectiva en la lucha contra los insectos. También hay productos basados únicamente en esencias vegetales protectoras.